La Mujer Misteriosa. Caso de la Vida Real – Por Martha S.

Como sacada de una película de terror, en medio de un sembradio, parada a lo lejos, sin moverse, viendome directamente con unos ojos penetrantes se encontraba la misteriosa señora.  Nunca sonreía, tenía una mirada penetrante, como si estuviera meditando o perdida en otro mundo.  Dice la gente que la veían en medio de un sembradio de maíz, parada como espantapájaros en el calor del día, en la lluvia o en el frio, sin mover ni un pelo.  Otros la veían en otras partes de la cuidad, congelada como estatua, parada o a veces sentada por horas o días.  No se que edad tenía porque nunca me le acerqué, creo que cada quien la veía distintamente.  De lejos, se le notaban sus arrugas, su piel maltratada por el sol o tal vez la suciedad.

A mis once años de edad, no entendía lo que le pasaba.  A veces pensábamos que estaba muerta porque la veíamos acostada sin moverse.  Tenía curiosidad de ver si estaba en realidad viva o muerta, pero siempre me entraba un miedo, capaz de que me lanzara una de esas miradas mortales y luego que sería de mi.  No, mejor la dejábamos sola, pero siempre con curiosidad de saber su historia.  Mi hermano y yo nos preguntábamos de dónde sacaba su comida, cómo se bañaba o cómo iba al baño.  Un día tuvimos la respuesta a una de esas preguntas.  No, no la vimos comprando comida en la tienda,  la vimos agachada en su casita, haciendo sus necesidades casi en frente de nosotros.  Obviamente mi hermano y yo corrimos a casa, muriéndonos de asco.

Al tratar de recordarla físicamente, no recuerdo si tenia pelo corto y canoso o tal vez medio largo y güero, no estoy segura.  Cada vez que mi mamá me mandaba a comprar algo a la tienda, no podía evitar voltear hacia la izquierda para ver si podía ver a la señora «loca» que por alguna razón, vivía en una zanja que dividía el callejón de la tienda y la casa al final de la cuadra.  Era como si estuviera acampando en el pasto, rodeada de hierba y un árbol frondoso.

A veces cuando ella no estaba, mi hermano y yo íbamos de curiosos a ver que diablos tenia en su «casita.»Â  Realmente no tenia mucho.  Había una caja vieja de leche que usaba para sentarse, latas de comida ya abiertas y viejas, pedazos de cartón, en fin, no tenia mucho que digamos, menos algo personal que nos diera una clave sobre su identidad.  Desaparecía por días, semanas y hasta meses.  De repente la veíamos de regreso, parada y mirando la cerca del callejón.  Nos preguntábamos a donde se iba, de donde era, tenía familia, mataría a alguien?  Que yo sepa, todos los vecinos sabían de su existencia, pero no creo que jamás llamaron a la policía.  Ella no molestaba a nadie, solo existía.

Veinte años después, con conocimiento de psicología, me doy cuenta que obviamente ella sufría de una enfermedad mental como esquizofrenia.   La señora estaba totalmente desconectada de la realidad.  ¿Qué seria de ella? ¿Recibiría un tratamiento antipsicótico?  ¿Será que simplemente dejo de existir?  ¿Fue importante para alguien?  Digo, ella fue la hija/hermana/tía de alguien.  Para mi, el simple hecho de ser un ser humano tiene que contar.

Me da tristeza recordarla.  No me quiero sentir culpable de no haberle ayudado porque era muy pequeña para saber como ayudar a una persona con problemas psicológicos, pero aun así, me pregunto qué hubiera pasado si la hubiera saludado o le hubiera llevado un paraguas para que no se mojara.  Hubiera hecho una diferencia?  Probablemente no, pero creo que la lección que he aprendido es que cada ser humano tiene valor.  Obviamente ella fue importante porque aun la recuerdo.

Dondequiera que esté o haya estado, espero que el mundo del cual ella se escapaba cada día, la haya tratado mejor que su realidad.  Después de todo, cada uno merece ser feliz.

6 pensamientos sobre “La Mujer Misteriosa. Caso de la Vida Real – Por Martha S.

  1. Yo me acuerdo de ella muy bien. Digo a mis hijas que me recuerda al hombre gadareno, solamente que a ella nadie fue a visitarla. Creo que hizo lo unico que pudo hacer para resolver sus problemas, olvidarse de todo y solamente existir. Ojala que haya recibido ayuda.

  2. Saben , me acaba de decir mi mamá que ella había salido en las noticias. Supuestamente era una monja que por alguna razón, había perdido su memoria y que no sabia quien era. Lo mas triste (si es verdad esto) es que cada vez que la trataban de ayudar se enojaba y huía del convento. Se cansaron de ayudarla y mejor la dejaron en paz.

  3. Wow…entonces no era el unico que se acordaba de esta señora. Todos estos años la eh tenido en mi memoria. Tenia unos 8-10 años mas o menos y me acuerdo del dia que nos fijamos por la cerca. Tomo todos los cojones (jeje) para ir a asomarnos…y al mirar entre la cerca, me acuerdo que nos estaba viendo todo el tiempo. Pacatelas!! Corrimos como el viento a la casa! Desde ese dia, esa foto de sus ojos viendonos es la que tengo en mi memoria. Espantoso, no?

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