No estás solo
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Enviado por Teresa Rodriguez
Una chica fue a una fiesta y al final se quedó un poco más de lo que habÃa planeado y tuvo que caminar sola de vuelta a su casa.
No tenÃa miedo porque era una ciudad pequeña y sólo vivÃa a algunas cuadras del lugar de la fiesta.
Mientras caminaba bajo los altos árboles, Diana pidió a Dios que la guardara de todo daño y peligro.
Cuando llegó a un callejón, que le hacÃa ahorrar tiempo para llegar a su casa, decidió tomar el camino mas corto.
A mitad del camino, notó a un hombre de pie al final del callejón como si la estuviera esperando.
Ella se sintió intranquila y comenzó a orar, pidiendo a Dios que la protegiera.
Un sentimiento de seguridad y tranquilidad la envolvió, ella sintió como si alguien caminara con ella.
Cuando llegó al final del callejón, pasó por un lado del hombre y pronto llegó segura a su casa.
Al dÃa siguiente, leyó en el diario que una chica habÃa sido violada en el mismo callejón, tan solo 20 minutos después de que ella habÃa pasado por ahÃ. Conmocionada por la tragedia, y sabiendo que pudo haber sido ella, comenzó a llorar.
Dandole gracias a Dios por su ayuda y su seguridad, y para ayudar a la joven vÃctima, decidió ir a la estación de policÃa.
Ella sentÃa que podÃa reconocer al hombre, asà que les contó su historia.
La policÃa le pregunto si estarÃa dispuesta a mirar a los hombres sospechosos y si podrÃa identificar al hombre.
Ella accedió inmediatamente y señaló al hombre que habÃa visto la noche anterior en el callejón.
Cuando al hombre se le dijo que habÃa sido identificado, se rompió ante la presión
El oficial le agradeció a Diana su valor y le preguntó si podÃan hacer algo por ella.
Ella pidió que si le podrÃa hacer una pregunta al hombre. Diana tenÃa curiosidad por saber por que el hombre no la habÃa atacado a ella.
Cuando el policÃa le preguntó al hombre, el respondio: 'Por que ella no iba sola, venÃa con dos hombres altos, uno a cada lado de ella'