El Caso de Tina Resch, la Adolecente Psicocinética

Unos sucesos pintorescos empezaron a ocurrir en la casa de Ohio de la familia Resch, el 3 de marzo de 1984. Las luces se encendían y apagaban sin una causa aparente. Los aparatos electrónicos se ponían en marcha solos. La televisión efectuaba unos ruidos misteriosos, aunque estuviese desenchufada y la pantalla en blanco. la ducha comenzaba a correr cuando no había nadie en el cuarto de baño. A través de todo ello existía un hilo de unión: la adolescente Tina Resch, de catorce años, que parecía encontrarse siempre cerca del lugar de la acción, aunque no fuese físicamente responsable del asunto.

Durante las siguientes semanas, Tina hizo bailar los candelabros y oscilar las lámparas con espantosa regularidad. Muy pronto, todo el vecindario fue consciente del fenómeno y los amigos y parientes de la familia también fueron testigos de objetos que volaban en torno a la casa. No pasó mucho tiempo antes de que los investigadores y periodistas se presentasen en auténticas oleadas ante los agotados Resch. Dos grupos religiosos incluso intentaron practicar un exorcismo. Sin embargo, la videocinta de un noticiario televisivo aún levantó más controversia. cuando la cinta, en que se mostraba con claridad a Tina haciendo levitar una lámpara, se pasó a cámara lenta, algunos observadores afirmaron que veían a Tina sosteniendo la lámpara con una cuerda que tenía en la mano. Se alzaron acusaciones de fraude entre la comunidad de investigadores psíquicos. pero otros, como el fotógrafo del Columbus Dispach, Fred Shannon, insistió en que lo que estaba sucediendo no era un engaño. Shannon, que expresó su preocupación por la seguridad de Tina, contó un incidente en que el sofá de la sala se apartó 50 cm desde la pared y «atacó» a Tina, que se hallaba sentada en un sillón cercano. También observó cómo se movía el teléfono por los aires, por lo menos en siete ocasiones, golpeando a Tina varias veces con tanta fuerza que la chica se puso a gritar.

Confiando resolver la situación y la controversia, los padres de Tina estuvieron de acuerdo en que se realizasen pruebas a Tina en un laboratorio, cerca de Chapel Hill, Carolina del Norte. Durante una notable serie de experimentos, se le pidió a Tina que alterase las células nerviosas de las pautas de conducta de unas babosas gigantes marinas, empleando para realizar esta proeza sólo su mente. Según el ingeniero biomédico y neurocientífico Steve Bauman,, las pruebas tuvieron éxito. Aunque las células nerviosas de la babosa marina emiten una señal cada uno o dos segundos, los científicos no pudieron captar ni una sola señal en un intervalo de veintitrés segundos, durante el tiempo en que la mente de Tina estuvo controlando a las babosas.

Naturalmente, los escépticos siguen sin sentirse aún convencidos, e insisten en que no existirá la menor confirmación de los poderes psicocinéticos de Tina, hasta que las pruebas se repitan.

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