Vende espacio publicitario en su cara
Uwe Tröschel ama tanto a los perros San Bernardo que quiere hacerles un museo. Para eso decidió recaudar dinero de un modo particular: puso en venta su cara. Dividió su rostro en varias partes y a cada una le puso un valor: 2000 euros para la nariz, 20.000 para cada mejilla, 5000 para el mentón… El anunciante que quiera pagar esos valores podrá ver de por vida tatuado el logo de su compañÃa en la cara de Uwe. Si una empresa quiere hacerse de toda la cara de nuestro alocado amigo, tendrá que invertir 100.000 euros en este letrero humano.
Uwe Tröschel no es el primer caso que ofrece partes de su cuerpo a la publicidad. Hace un tiempo una joven habÃa ofrecido tatuarse una nalga al mejor postor. Claro que, en este nuevo caso, al tatuaje lo verán más personas.
A ver quién se anima a poner 50,000 euros para obligarlo a tatuarse «Pegue que no duele» en la frente y hacer justicia.