La curandera Pachita – Leyenda Urbana
Una curandera psÃquica de renombre fue Bárbara Guerrero, mejor conocida como «Pachita». Nació en Parral (Chihuahua), hacia 1900 y murió en la Ciudad de México el 29 de Abril de 1979. Pachita fue la única «cirujana psiquica» conocida en su paÃs y en el extranjero. Fue investigada tanto por mexicanos como por investigadores extranjeros, como Stanley Krippner, Alberto Villoldo, Salvador Freixedo y los mexicanos Jacobo Grinberg-Zylberbaum y el Rev. Pde. José Luis Guerrero, Dr. Carlos Treviño Becerra y Dr. Luis Carrillo Azcárate. Estos tres últimos de SOMEPAR.
Pachita desde muy joven empezó a curar por medio de hierbas medicinales y tés y en algún momento de su vida decidió operar, asegurando que el espÃritu de Cuahtemoc (último emperador Azteca) se apoderaba de su cuerpo fÃsico para curar a través de ella. Lo llamaba «El Hermanito». Para sus operaciones siempre utilizó el mismo cuchillo de cocina, con el mango cubierto con «cinta de aislar» ya que su mango estaba roto.
Siempre operó sin anestesia o asepsia y acostumbraba abrir a los pacientes con el cuchillo, sacar la enfermedad o cambiar el órgano enfermo y cerrar. Los pacientes sufrÃan mucho y gritaban. Después de que terminaba de operar, ponÃa un poco de alcohol en la herida y cerraba con las manos o les ponÃa vendoleras. Después los vendaba y envolvÃa en una sábana. Luego de un par de horas, los enviaba a su casa donde tendrÃan que guardar cama durante tres dÃas. Al cuarto dÃa se desenvolvÃan, quitaban la venda, se bañaban y desde ese momento empezaban su vida diaria como siempre, tomando solo el jarabe, té o hierbas que ella les hubiera recetado.
Acostumbraba a materializar órganos sanos como hÃgado, vejiga, vértebras (que algunos dijeron que pertenecÃan a perros o venados), y también se dijo que un médico amigo de ella le proporcionaba los órganos sanos. Estas materializaciones no fueron probadas, ya que ella solÃa operar en la penumbra, utilizando solo unas velas, porque decÃa que las luces brillantes dañaban a los órganos del cuerpo. La falta de luz, no permitÃa cerciorarse de manipulaciones fraudulentas, y tampoco dar un juicio cientÃfico sobre los hechos. Aunque los análisis de los tumores y huesos extraÃdos eran material humano, lo que no se pudo constatar es si efectivamente provenÃan de los pacientes. Es por esta razón por la que tengo este artÃculo categorizado bajo Leyenda Urbana.
La fama de Pachita alcanzó todo México y llegó al extranjero, como Estados Unidos, Centro y Sudamérica, y Europa. En sus sesiones era frecuente escuchar varios idiomas. Pachita fue una extraordinaria psicoterapeuta y en muchos casos usaba su ESP para poder conocer profundamente a sus pacientes, cuidando la creencias de ellos: a los nativos los curaba con yerbas, y a los extranjeros con medicinas a los católicos les sugerÃa que rezara sus oraciones a los Santos y a otras personas les hablaba del poder de la Madre Tierra y si la persona esperaba algún rito, ella lo llevaba a cabo. Pachita tuvo una gran fuerza psicológica que usaba para convencer a sus pacientes de la curación, por lo que, todas las enfermedades psicosomáticas fueron curadas. TenÃa también gran practicidad manual, y algunas enfermedades fueron curadas con Quiropraxia. Era visitada por todas las clases sociales, y fue perseguida en varias ocasiones hasta la cárcel. Hasta hoy muchas han sido las curaciones efectuadas por ella, aunque no se han podido confirmar muchas de ellas, se ignoraba el orÃgen fisiológico o psicosomático. Ella ha sido la curandera más famosa que México ha tenido.
Doña Pachita, una de las más extraordinarias chamanas del México contemporáneo, realizaba verdaderas hazañas de curación, de manejo del espacio-tiempo, de la energÃa y de la materia, y decÃa utilizar una serie de procedimientos que le permitÃan realizar su trabajo.
El procedimiento principal de meditación de Doña pachita consistÃa en sentarse en una silla frente a su altar en el cuarto donde realizaba sus operaciones y curaciones, y una vez ahÃ, cerrar los ojos y respirar suavemente hasta lograr escuchar un zumbido caracterÃstico en uno de sus oÃdos. Una vez captado este zumbido, el cual, según Doña Pachita, era la manifestación de un cambio de estado en ella misma, atendÃa a ese sonido interno hasta que sentÃa que caÃa en una especie de gran orificio, tras lo cual cambiaba de estado.
Doña Pachita meditaba sobre sensaciones sonoras caracterÃsticas y después se dejaba ir en un acto que ella describÃa como de un salto al vacÃo o de una súbita bajada en una rueda de la fortuna, después de lo cual empezaba sus operaciones quirúrgicas.
No creo que sea una leyenda urbana… la señora existió y se dedico a «curar» toda su vida, lo que si es que se puede «dudar» de la veracidad de los procedimientos asà como de los resultados obtenidos pero clasificar de leyenda urbana es tanto como compararla con la llorona o algo de ese estilo cuando en verdad la persona existió y efectivamente fue muy conocida y reconocida por mucha gente.