Un jeroglífico desvela el misterioso ocaso del imperio maya

Un equipo de arqueólogos descifra un texto que explica el inicio de la catástrofe que acabó con esta civilización

En aquellos tiempos en los que los romanos hacían suyas las orillas del Mediterráneo, al otro lado del planeta, en el Golfo de México, florecía un imperio de cultura muy avanzada, con grandes conocimientos de astronomía y matemáticas. Sin embargo, cuando los españoles llegaron a esas tierras cientos de años después, apenas quedaban trazos de esa riquísima civilización. El imperio maya desapareció por completo de una forma traumática, pero no a causa de un fenómeno natural violento, sino por la traición de un hombre que fue rey pero se vendió al enemigo, y que terminó asesinando a su propio hermano.

Esta historia de apariencia mítica es narrada en silencio desde hace 13 siglos por las piedras de la pirámide de Dos Pilas, perdida en un rincón remoto de la selva guatemalteca de Petén. Los jeroglíficos tallados en el barro de los primeros escalones del edificio constituyen uno de los textos mayas más extensos jamás hallado, y, según el director de equipo de arqueólogos que los han descifrado, Arthur Demarest, esconden además la historia del ocaso de esta civilización. 

La guerra entre dos hermanos

Los mayas fueron uno de los tres principales imperios de la América precolombina, junto con los incas y los aztecas. Asentados desde antes del 2.000 AC en el Golfo de México, durante más de mil años constituyeron un imperio invencible formado por ciudades-Estado independientes y, en bastantes ocasiones, enfrentadas. Y de repente, en pocos años y por causas hasta ahora desconocidas, alrededor del 800 DC comenzó el ocaso de esta civilización, que terminó por desaparecer casi completamente de la faz de la Tierra.

Las piedras de la selva de Petén cuentan la historia de una lucha entre dos hermanos que pudo desencadenar el fin del imperio. Balaj Chan K’awiil fue nombrado rey de Dos Pilas por su hermano, rey de Talik, de forma que estas dos ciudades-Estado mantuvieron desde sus origenes una estrecha alianza. En virtud de este acuerdo, Balaj Chan K’awiil llevó a sus súbditos a la guerra contra Calakmul, la gran rival de Tikal, pero perdió esta batalla, y como consecuencia de esta derrota fue expulsado del trono y mandado al exilio durante un año.

Tras ese tiempo, Balaj Chan K’awiil regresó a su tierra y al trono, pero ya no pudo ejercer sino de marioneta al servicio de los intereses de Calakmul. Así, una de sus primeras decisiones fue declarar la guerra a sus antiguos aliados y a su hermano. Fueron 12 largos años en los que, según cuentan las piedras, «se formaron piscinas de sangre y montañas de cráneos en las plaza mayor de Tikal», como ha señalado el especialista guatemalteco Federico Fahsen, codirector del proyecto.

Pero la victoria de Balaj Chan K’awiil no fue definitiva, pese a que acabó con la vida de su hermano en el curso de la contienda. Tikal contraatacó poco después y destruyó Calakmul, en 695 DC. Los años siguientes fueron una sucesión de guerras sangrientas en las que ninguna de las dos ciudades logró la victoria definitiva. Además, el conflicto se extendió a otras plazas, «la guerra se les fue de las manos», según Demarest, y justo cuando la civilización maya alcanzaba su apogeo, las sucesivas contiendas precipitaron su fin. Las piedras de Dos Pilas llevan desde entonces contando su historia muda a quiénes quieran escuchar, a quiénes puedan entender.

18 escalones cubiertos de barro

La investigación comenzó en otoño del año pasado, después de que un huracán arrancase de cuajo una arboleda, dejando al desnudo los 18 escalones de la base de la pirámide de Dos Pilas, cubiertos de barro y vegetación, y con ellos la historia de Balaj Chan K’awiil.

El equipo de Demarest se puso a la tarea de descifrar el texto, y en tres meses han sacado a la luz la historia de estas piedras (publicada en el número de octubre de la revista National Geographic). Es la historia de la fundación de Dos Pilas, en el 629, como colonia de Tikal, y de cómo Balaj Chan K’awiil, con tan sólo cuatro años de edad pero ya príncipe, fue trasladado a vivir allí mientras su hermano reinaba aún a 100 kilómetros de distancia.

Dos Pilas no tenía a su alrededor tierras cultivables; su prosperidad provenía del control que ejercía sobre el tráfico comercial del río Pasión, descrito por Demarest como «una autopista maya». Sin embargo, desde sus inicios ejerció el carácter predador con el que fue fundada por Tikal como base militar en la zona. Su misión era asegurar la estabilidad del área, pero su destino fue causar guerras y terminar con sus fundadores, y, a la larga, con la civilización que la vio nacer.  Fuente

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