El Misterio de la Isla de Croatoan – La Leyenda de la Colonia Perdida
La desaparición de los colonos de Roanoke Island.
Estimado profesor Velmont: Charles Berlitz relata, en su libro Un mundo de fenómenos extraños, la misteriosa desaparición de una colonia británica compuesta de cien hombres, mujeres y niños que sir Walter Raleigh habÃa fundado, en 1587, en una isla a la entrada de la sonda Albermarle, en la costa Este de Norteamérica.
La primera criatura británica que nació en América se llamó Virginia Dare, y era nieta del gobernador John White. Sus padres, Elinor White y AnanÃas Dare, habÃan viajado al Nuevo Mundo con un grupo de colonos que desembarcaron en Roanoke Island, frente a la costa de Carolina del Norte, y Virginia nació poco después, el 18 de agosto del mismo año de la fundación del asentamiento.
El nombre de la niña era el mismo de la colonia y el de la reina virgen Isabel I.
Dejando a los colonos en Roanoke, John White retornó a Inglaterra el 28 de agosto de 1587, en busca de las provisiones que la población necesitaba urgentemente.
Pero muy a su pesar, a White le tomó tres años volver. Cuándo el buque corsario inglés Hopewell se acercó a la isla el 17 de agosto de 1950, el capitán Abraham Cocke disparó un cañón para anunciar su llegada y la del gobernador.
Vieron a la distancia una columna de humo y pensaron que de esta forma los colonos saludaban su llegada alborozados, pero cuando desembarcaron y tocaron Tierra, fueron recibidos por un silencio de muerte.
Los colonos habÃan desaparecido sin dejar rastros. Según comprobaron después, el humo provenÃa de un incendio natural.
¿Dónde estaban los colonos? Como pistas, si es que eran pistas, sólo habÃan quedado dos señales similares. En un árbol, a la entrada de la cerca que rodeaba el asentamiento, estaba tallada la palabra Croatoan. En otro árbol del camino que conducÃa al amarradero estaban las letras Cro, quizás una abreviatura de la primera o la misma palabra inconclusa.
ParecÃa, pues, que Croatoan, otra isla de Carolina del Norte, era el lugar donde se habÃa reinstalado el grupo. Pero el capitán del barco, temiendo la falta de comida y el invierno que se avecinaba, decidió zarpar para las Indias Occidentales e invernar allÃ.
Pero cuando el barco siguiente llegó a la isla Croatoan, tampoco encontró allà señales de los colonos, ni el más mÃnimo rastro de ellos.
No habÃa tumbas ni lápidas y, salvo por un relato ocasional de una criatura india con cabellos «amarillos» y ojos azules, ningún otro indicio fue encontrado.
Nadie de los 117 hombres, mujeres y niños que legaron a la isla Roanoke en 1587 fue visto otra vez. En los libros de Historia el grupo aparece como «La colonia perdida».
A principios del siglo XVIII, unos exploradores que remontaban el rÃo Lumber, en Carolina del Norte (Estados Unidos), descubrieron, sorprendidos, unos indios de ojos grises que hablaban una lengua parecida al inglés.
La tribu aseguraba que sus antepasados podÃan «hablar en un libro», expresión con que los exploradores entendieron que sabÃan leer.
Los descendientes de este misterioso pueblo viven hoy en Robeson County, en las mismas tierras donde fueron descubiertos.
Conocidos como indios Lumbees (ojizarcos para los españoles), tienen una tez que varÃa desde morena a muy blanca y, aun hoy, abundan entre ellos el pelo rubio y los ojos azules.
Nadie conoce la verdadera historia de esta tribu, pero en el transcurso de los años se ha ido gestando una curiosa teorÃa dotada, al parecer, de gran coherencia.
Se cree que pueden ser descendientes de los expedicionarios ingleses, desaparecidos sin dejar rastro en 1591, que Walter Raleigh enviara la isla Roanoke. El rÃo Lumber está a unos 320 kilómetros de la isla. Isabel I de Inglaterra se la cedió a Raleigh que, a raÃz de entonces, organizó dos intentos de colonización. El primero fue abandonado en 1586, debido a los repetidos ataques indios y a la escasez de provisiones.
Mayor acierto tuvo la expedición de más de un centenar de colonos, entre hombres y mujeres, dirigida por el gobernador John White, que llegó a Roanoke en 1587. White decidió regresar a Inglaterra con un número mÃnimo de acompañantes en busca de auxilio y provisiones. Dejó estipulado que si en su ausencia el resto de los colonos se veÃan obligados a partir, deberÃan inscribir el nombre del sitio a donde se dirigÃan en un «lugar destacado».
White no pudo volver a América hasta 1591, debido a la guerra entre España e Inglaterra. En Roanoke sólo halló los restos de una fortaleza, que habÃa sido saqueada y abandonada; los colonos habÃan desaparecido sin dejar rastro. Sólo quedaba un indicio: la palabra CROATOAN, tallada en un árbol.
Los historiadores todavÃa discuten su significado. Unos suponen que era el nombre de una tribu india que atacó la colonia y mató a los colonos.
Otros opinan, en cambio, que CROATOAN pudo haber sido el nombre de una fértil penÃnsula del continente, habitada por los pacÃficos indios Hatteras. Si los colonos alcanzaron el continente y se fundieron con los Hatteras, sus descendientes podrÃan ser los actuales indios Lumbee.
Pero el gobernador White supuso lo peor. Creyó que los expedicionarios habÃan muerto hasta el último hombre, y regresó con su tripulación a Inglaterra, persuadido de que era imposible la colonización de una tierra tan salvaje.
Sin embargo, existen hoy pruebas suficientes para pensar que estaba equivocado.
De los 95 apellidos de los colonos perdidos de Roanoke (nombres como Sampson, Costmore y Locklear), no menos de 41 pueden hallarse entre los Lumbees.